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Nicomedes García descubrió en sus numerosos viajes a tierras escocesas los métodos tradicionales de elaboración del whisky con la idea de fundar una destilería de whisky en nuestro país y Segovia, su región de nacimiento, se convirtió en el lugar idóneo para establecer la destilería del primer whisky español.
El Molino del Arco, situado en Palazuelos de Eresma, fue el
lugar elegido para hacerlo. El clima de la región, similar al de Escocia, junto
a la calidad de los cereales de Castilla y León, la proximidad del río y la
excelente pureza de sus aguas fueron las razones para elegir este histórico
edificio del siglo XV.
